EL BANCO BUENO Y EL BANCO MALO
La reforma financiera abunda en las recetas promulgadas desde Bruselas (que es como decir Berlín). Nadie discute su imperiosa necesidad, sí acaso una opaca diligencia de 48 horas para quitar a los amigos, convenientemente indemnizables, sin encontrar problemas para taponar con dinero público la hemorragia de pérdidas del ladrillo, mientras se recortan hasta la […]