Los orgasmos en los pezones están al alcance de unas manos habilidosas, unos dedos virtuosos y una lengua juguetona. Con un vibrador también funciona. La revista masculina Men’s Health ha recopilado testimonios de mujeres que los han sentido.
Jennifer, 24 años: “A veces me avergüenza que mis pezones sean tan sensibles. Es una zona muy erógena. Cuando cuento que siempre me corro en cuanto los estimulan, la gente me dice que tengo mucha suerte. En realidad, es un asunto peliagudo. Si brinco mucho en el gimnasio me rozan con la camiseta o el sujetador”.
Laurah, 32: “Hay que recrearse con ellos durante un tiempo largo para que funcione. Pero, cuando empiezan a chupármelos o acariciarlos, siempre me acabo corriendo”.
Sarah, 25: “Cuando estoy muy excitada, me pasa al ponerme hielo ahí”.
Para que ella esté contenta por el placer que emana de sus tetas, conviene ir in crescendo: amasar, mimar la aureola y asestar la puntilla.