Ya sea horizontal o vertical, la sonrisa crea confianza, estrecha vínculos, relaja los músculos y despierta simpatía. Por arte de magia, el espejo te alegra la cara.
Ya sea horizontal o vertical, la sonrisa crea confianza, estrecha vínculos, relaja los músculos y despierta simpatía. Por arte de magia, el espejo te alegra la cara.
La tecnología facilita las comunicaciones, pero la dependencia a los dispositivos electrónicos enfría las relaciones personales. En las distancias cortas, el roce de la piel es el mensaje.
La diferencia entre un ligón y un seductor es que este no necesita contar sus experiencias para sentirse complacido ni saca pecho de sus devaneos. La obsesión sexual la sustituye por el afecto sensual. ¡Ah!, normalmente no toma la iniciativa.
El nivel de educación en mi entorno social no lo mide el informe PISA, sino el comportamiento humano en el transporte público, en los cajeros o en un centro comercial. Las conductas cotidianas ponen a prueba el respeto colectivo.
Mis principios prevalecen sobre los beneficios y mis valores no cotizan en bolsa. Cuando la rentabilidad prescinde de la responsabilidad, el interés variable privatiza la ética. La dignidad está desacreditada si se pierde la humanidad. En rigor, el amor y el humor son recursos contra el despilfarro moral.
La risa adelgaza y el pesimismo engorda. El humor reduce el colesterol, elimina el estrés, reprime la ansiedad y rejuvenece a carcajadas. No es un chiste. La prueba está en que las lágrimas de alegría y de tristeza son morfológicamente diferentes bajo el microscopio del estado de ánimo.
Gervasio Arturo Cabrera Cabeza, dibujante y escultor
Llueve sobre mojado. Delante de la sala Conca, Gervasio me muestra dos de sus obras: un mural y tres esculturas. Entre la realidad y el sueño, las gotas de rocío pintan de primavera una otoñal mañana lagunera. Nos empapamos de arte en el discurrir hacia el bar La Carrera. Sigue leyendo
El más mínimo movimiento de los músculos de la cara transmite emociones que se adelantan a las palabras. La mirada, las comisuras de la boca, la lengua, la frente, las cejas, los ojos, los párpados, la nariz y hasta las orejas hablan cuando los labios callan.