Quiero vivir una aventura extrasensorial que, sin renegar de mi mundo interior, me traslade a territorios de ensueño donde habitan en armonía la imaginación, el deseo y la fantasía. La teletransportación es una realidad entre la mente y el corazón.
Quiero vivir una aventura extrasensorial que, sin renegar de mi mundo interior, me traslade a territorios de ensueño donde habitan en armonía la imaginación, el deseo y la fantasía. La teletransportación es una realidad entre la mente y el corazón.
El turismo brinda una alegría a la maltrecha economía canaria. Los espectaculares datos de mayo danzan por aire, mar y tierra. El clima benigno propicia el positivismo entre tantos nubarrones. ¡Que vienen las vacaciones! En estos tiempos a deshora, la técnica de la animación es la que mejor funciona.
Si en los viajes no me pierdo estoy perdido. Ya es una tradición. En Moscú practiqué el vodka a boca, en Roma ejercí de gladiador, surqué canalillos en Venecia y en Atenas me lo tomé con filosofía. En París -valga la exageración- me escondí en las bambalinas del Moulin Rouge y las vedettes se fueron de la lengua.
El barco se hundía y el capitán se bajó para saludar. El tal Francesco Schettino se tomó unas vacaciones durante el naufragio del crucero Costa Concordia en la isla italiana de Giglio, cien años después de la tragedia del Titanic. Cuando el navío encalló, el cretino calló. Guiado por los cantos de sirena, pensó que había llegado a Creta. Como no concretó la posición, su reputación varó.
El volcán que ha explotado en El Hierro se lava en el mar de Las Calmas; frente a La Restinga, declarada zona restringida. Las manchas de la erupción son la evidencia de que se ha relajado la tensión. El magma pugna con la presión mediática en la isla de la apacible tranquilidad.
El semáforo está en rojo. La Guardia Civil detiene el taxi en el que viaja el enviado especial de DIARIO DE AVISOS. Hace un cuarto de hora que se cerró el acceso a La Restinga, en aplicación del protocolo de seguridad por riesgo de erupción volcánica. “Él puede entrar, pero usted debe regresar”, le comunica un agente al conductor del servicio público. “¡Qué poco valen los periodistas!”, bromea el taxista.
La naviera Acciona Trasmediterránea presume de que cuenta con “una de las flotas más modernas y mejor dotadas de Europa, con los últimos avances tecnológicos en materia de seguridad y calidad”. Son “embarcaciones de alta velocidad que hacen de la rapidez el objetivo del viaje, ferries dotados del mayor confort, pensados para que el pasajero encuentre el viaje como una parte atractiva de sus vacaciones: piscina, camarotes, bar, restaurante, sala de cine y televisión, discoteca, aire acondicionado y un espacioso garaje para llevar el propio coche”. Sigue leyendo
Hungría chapotea en un manantial de aguas termales. El puente de las cadenas de Budapest (Széchenyi lánchíd) simboliza una transición de vértigo en río revuelto. La locomotora descarriada del firmamento soviético marcha como un tren de alta velocidad sobre raíles oxidados. El pretérito aristocrático y el comunismo aburguesado se solapan en el esplendoroso paisaje magiar.