El Economista publica un interesante reportaje sobre el uso del móvil para el pago en comercios, gasolineras o restaurantes. La pregunta suele ser ¿en efectivo o con tarjeta? Sin embargo, en un mundo absolutamente globalizado y con las redes sociales tan activas parece insólito que aún el pago con el móvil no esté al orden del día. Además, es una fórmula idónea para atacar la economía sumergida. En China, por ejemplo, los pagos con móviles se han disparado un 31,2%.