Creo que hoy en día ya nadie discute que saber hablar inglés es fundamental para tener mayores disponibilidades de trabajo, especialmente en una región turística como Canarias. Si queremos, tal y como dice el Gobierno en todas sus campañas, ser un referente en calidad en el trato que reciben los millones de turistas que vienen cada año a las Islas está claro que conocer el inglés ya no es solo una prioridad, sino una obligación. El Gobierno, por fin, se ha dado cuenta. Tarde, pero se ha dado cuenta. Se va a poner en marcha un proyecto para que Canarias sea un Archipiélago bilingüe. Evidentemente se trata de un proyecto a largo plazo en el que no solo entrará en juego la voluntad del Gobierno por poner el dinero, sino del centro escolar y sobre todo del profesorado. Si no tenemos un profesorado que esté dispuesto a formarse, casi a empezar de nuevo, a marcharse unos meses fuera de las Islas para ampliar esa formación y a innovar; por mucho empeño y presupuesto que ponga el Gobierno la situación seguirá siendo la misma. Canarias se sustenta en el sector servicios donde el grueso de la masa laboral es, por regla general, de baja cualificación lo que va acompañado de bajos sueldos. Si la formación aumenta, por ejemplo, con un idioma, no solo el cliente se sentirá bien tratado por lo que podrá repetir e incluso recomendar el destino, sino que el empresario se sentirá obligado a incrementar su salario si no quiere perder a ese empleado. A más cualificación, mejor salario. Además de servir como enriquecimiento personal, la formación en idiomas permite ampliar el mercado laboral del trabajador que puede circular libremente por cualquier país europeo. El presidente de Ashotel, Jorge Marichal, dijo en una ocasión: No hay nadie que tenga dos o tres idiomas y no encuentre trabajo en el Sur. Ahora bien, los empresarios también tienen que dar ejemplo y ser los primeros que apuesten por esa formación. Para ellos mismos y para sus empleados. Tenemos políticos que ni siquiera tienen una licenciatura que, en muchas ocasiones, disfrazan con cursos. No estoy de acuerdo con aquellos que dicen que no todo es formarse. Es verdad. Hay algo más importante: valores y educación. No es coherente que queramos una región bilingüe y pocos, por no decir ninguno, de los políticos que la presiden sepan inglés. Vamos poco a poco. Pasito a pasito e incluso Despacito como la canción de Luis Fonsi. Pero lo que sí está claro, en plena revolución tecnológica, que el dominio de los idiomas abre muchas puertas y que la realidad nos dice, como afirmó el secretario general de FEMETE, José González, que no English, no work.
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- AutoraLicenciada en Ciencias de la Información por la Universidad CEU San Pablo, Madrid. Redactora de la sección de Economía del Grupo de Comunicación Diario de Avisos.
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